
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Natividad

martes, 9 de diciembre de 2008
Natura

En el hueco seco de un imponente árbol, un par de ojos atemorizados, han quedado atrapados entre la fatalidad, cuyos motivos ignora y la naciente oscuridad que teme. A esos ojos lo acompaña un cuerpo diminuto, delgado, temblando en convulsivas contracciones, aferrado a un objeto grana, de albo contenido, revelador de un misterio que hace temblar más a este ser que el escalofriante alarido que lo obligó a buscar refugio entre los arbóreos restos de la floresta. Un búho, cual saeta relampagueante, cruza el oscuro espacio, emitiendo un sonido que parece una burlona carcajada, repetida en ecos insondables. El silencio que sigue es una pesada cadena que inmoviliza su voluntad , más aún cuando de entre las sombras, clamores apagados, acompañan voces desconocidas que se pierden a lo lejos.
La noche, tiende un pesado velo intimidador para sus sentidos. Se acurruca en la madera húmeda, temblando, mientras escudriña a través del follaje que se mueve a intervalos inquietantes; mientras el objeto grana palpita iridiscente entre sus temblorosas manos. La angustia atenaza su garganta, sintiendo tañer en sus oídos el repiqueteo constante de un corazón que late agónicamente. Céfiro, embravecido lo apretuja contra la corteza del refugio, silbando en sus oídos, castigando la espesura. El terror comienza a alterar su conciencia, hasta tal punto que a las voces fantasmales se suma un murmullo creciente que se siente aún lejano, pero que se acerca lento e inexorable. Siente el deseo de huir, pero antes quiere desprenderse de ese objeto que lo encadena a ese lugar. Objeto que lentamente va perdiendo fuerza, mientras paradójicamente, el murmullo crece, como si lo unieran lazos invisibles. La angustia, el terror contenido se desborda, echando a correr en la oscuridad tempestuosa. Truenos y relámpagos, hieren la bóveda por arriba del follaje, mientras a sus espaldas el murmullo toma forma de un llamado angustiante, que se mezcla con los elementos y por momentos, pareciera que fueran uno. Corre, con los elementos sobre él, hasta que tropieza con un arquetipo antropomorfo, en un claro de la floresta. Se aferra a ese obstáculo, tembloroso, mientras el barro y el agua se adhieren a su rostro. Lo contempla iluminado, por la luz de los relámpagos, con el objeto grana y albo que, al caer de sus manos temblorosas, reposa en el pecho del cuerpo inerme, mientras enloquecido de terror y en medio de los vahídos convulsivos del desvanecimiento es alcanzado por ese murmullo atemorizante que toma forma de una voz firme pero dolida que clama : Caín... ¿qué has hecho?. La voz de la sangre de tu hermano... clama a mí desde las profundidades...
sábado, 11 de octubre de 2008
Amor

De lo único que estoy seguro es que no es algo dentro del ámbito de la mente. Por lo tanto, cuando logramos que ésta esté quieta, invitante, sin un sentimiento de espera, ni en una actitud de pedir, ni exigir, ni buscar, ni poseer, cuando ya no tiene celos y temor, ni ansiedad, cuando esta realmente en silente expectación, sólo entonces, es posible ser anfitrión de esa fuerza llamada amor.
Si pudiéramos comprender que la razón de que no sintamos amor es porque las cosas de la mente han llenado nuestros corazones (celos, envidias, deseos de ser alguien, ambición, éxito).
El amor sólo puede existir cuando está ausente el pensamiento del "Yo" y la libertad con respecto al "Yo" reside en el conocimiento propio, en la expectación diaria de observarse en cada conducta. Comprender que no es lo que creemos que tenemos adentro lo importante porque son nuestros actos los que nos definen y así llega la comprensión.
El amor no tiene nada que ver con la sensación, que no es un medio para realizarse. El amor existe por sí mismo, sin ningún resultado.
Para la mayor parte de la gente, el amor está vinculado con el sexo y el placer y todos los tormentos que acompañan a esta idea hedonista: celos, envidias, antagonismos, dependencia.
No puede haber amor si uno no termina a través de la comprensión con todo el conocimiento acumulado cada día, heridas psicológicas, compararse con otra persona, compadecerse a sí mismo, de modo que al día siguiente la mente se encuentre fresca y joven. Una mente así nunca puede ser lastimada, y eso es inocencia. En esa inocencia se encuentra el amor.
Una de las cosas extrañas relacionadas con el amor es que cualquier cosa que podamos hacer, será correcta si amamos. Cuando hay amor, la acción es siempre correcta, en todas las circunstancias. Y cuando existe esa calidad del amor, hay compasión. La compasión implica pasión por todo. Hablamos de la pasión, no como deseo sino como esa fuerza, ese impulso de sentir la vida en plenitud.
Mientras desando el camino recorrido con lentitud, la pareja son dos tortolitos que se difuminan entre las flores del lapacho que el céfiro hace revolotear lúdicamente a su alrededor.
martes, 16 de septiembre de 2008
Tiempo
Hora pico. Un enjambre de gente precipitandose por galerias y comercios del centro de la ciudad. Sentado en este ocasional bar, contemplo a traves de las volutas caprichosas de la taza de café como se difuminan en los vericuetos de la calle. Frente mío, un reloj de pared damasquinado cuenta otra historia en el acompasado transcurrir del tiempo. Reflexiono que nuestras vidas se consumen principalmente en el tiempo (tiempo no en el sentido de la secuencia cronológica, de los minutos, horas, días y años, sino en el sentido de la memoria psicológica). Vivimos a base de tiempo, somos el resultado del tiempo. Nuestras mentes son el producto de muchos ayeres, y el presente es tan solo el pasaje del pasado hacia el futuro. Nuestras mentes, nuestras actividades, nuestro ser se basan en el tiempo; sin el tiempo no podemos pensar, porque el pensamiento es el resultado del tiempo, es el producto de muchos ayeres, y no hay pensamientos sin la memoria. La memoria es tiempo. Hay dos clases de tiempo: el cronológico y el psicológico. Existe el tiempo como ayer según el reloj, y el tiempo como ayer según la memoria. No es posible desechar el tiempo cronológico, sería absurdo, pero ¿existe realmente el tiempo psicológico?¿Existe el tiempo tal como lo piensa la mente?El tiempo psicologico es el producto de la mente, no existe aparte de la mente. No hay tiempo sin la base del pensamiento; el tiempo es tan solo memoria como el ayer en conjunción con el hoy, lo cual moldea el mañana.Es decir, el recuerdo de la experiencia de ayer en respuesta al presenta crea el futuro, y esto sigue siendo el proceso del pensamiento, un sendero de la mente. El proceso del pensamiento origina progreso psicológico en el tiempo, pero ¿es real ese tiempo, tan real como el tiempo cronológico?Y ¿podemos usar ese tiempo que pertenece a la mente, como medio para comprender lo eterno, lo esencial, lo intemporal?Esto es importante, porque la felicidad, el amor, no es del ayer, no es producto del tiempo, sino del presente.Cuando hay un extasis visual, no hay tiempo; solo existe el presente inmediato. La mente, al intervenir después de la experiencia, en el ahora, la recuerda y desea continuarla, reuniendo mas y mas de si misma y creando, de tal modo el tiempo. Asi pues, el tiempo es creado por lo superlativo, por "el más"; el tiempo es adquisición y el tiempo
es también desapego, que sigue siendo una adquisición de la mente.¿Es cuestion de tiempo la realización espiritual?La mayoria de nosotros estamos acostumbrados a pensar que el tiempo es necesario para la superación espiritual: soy tal cosa;y para cambiar lo que soy en lo que debo ser, se requiere tiempo. Soy codicioso, con los resultados que trae la codicia, o sea, la confusión, el antagonismo, el conflicto y la desdicha; para producir la transformación, que es no codicia, creemos que necesitamos tiempo. En otras palabras, el tiempo es considerado un medio para evolucionar hacia algo mas grande, para llegar a ser alguna otra cosa. El problema es éste: uno es violento, codicioso, envidioso, irascible, vicioso o pasional. Para transformar lo que es, ¿se requiere tiempo?En primer lugar, ¿porque queremos cambiar lo que es, o producir una superación espiritual?¿por que?Porque nos desagrada lo que somos; ello genera conflicto, perturbación, y como ese estado no nos gusta, anhelamos algo mejor, algo mas noble, mas idealista.En consecuencia, deseamos la superación espiritual porque hay dolor, aflicción, conflicto. ¿Puede el conflicto vencerse por medio del tiempo? Si afirmamos que será vencido con el tiempo, seguimos estando en conflicto. Cuando empleamos el tiempo como medio para adquirir una cualidad, una virtud o un estado del ser, no hacemos sino postergar o eludir lo que es; y creo que resulta importante comprender este punto.Hallándonos en un estado de conflicto, deseamos lograr un estado en que no haya conflicto. Decimos que la resistencia al conflicto es necesaria a fin de vencer el conflicto y que para esa resistencia debemos disponer de tiempo. Pero la propia resistencia al conflicto es una forma de conflicto. Empleamos nuestra energia en resistir el conflicto que se expresa bajo la forma de lo que llamamos codicia, envidia o violencia, pero nuestra mente sigue estando en conflicto: es importante, por lo tanto, ver la falsedad del proceso que implica depender del tiempo como un medio para conquistar la violencia y, de tal modo, vernos libres de ese proceso. Entonces somos capaces de ser lo que somos: una perturbación psicológica que es la violencia misma.
"... Si te marcas un objetivo y avanzas hacia él, estás usando el tiempo de reloj. Eres consciente de adónde quieres ir, pero valoras y das la máxima atención al paso que estás dando en este momento. Si te centras excesivamente en el objetivo, quizás porque estás buscando la felicidad, la realización, o completar tu sentido de identidad, dejas de honrar el ahora. Entonces se queda reducido a un simple paso intermedio sin valor intrínseco que te permite acceder al futuro..." E. Tolle - El Poder del Ahora
martes, 2 de septiembre de 2008
Soledad

lunes, 25 de agosto de 2008
La autoridad y las organizaciones

Ningún hombre puede hacernos libres; ni lo puede la adoración ordenada, ni la inmolación de nosotros mismos para una causa; ni formándose una organización, ni lanzándose en trabajos comunitarios, puede hacernos libres. Nosotros usamos una computadora para escribir mails, pero no la ponemos en un altar y le rendimos culto. Pero eso es lo que estamos haciendo cuando las organizaciones se convierten en nuestra principal preocupación. "¿Cuántos miembros hay allí?" Ésa es la primer pregunta que se hacen todos. "¿Cuántos seguidores tiene? Por su número los demás juzgan si lo que el líder dice es verdad o falso.Entonces vemos cuan absurda es la estructura que hemos construido, buscando ayuda externa, dependiendo de otros para nuestro consuelo, para nuestra felicidad, para nuestra fuerza. Éstos sólo pueden encontrarse dentro de nosotros mismos.Estamos acostumbrado a escuchar cómo hemos adelantado, cual es nuestro estado espiritual. ¡Qué infantil! ¿Quién sino nosotros mismos podemos decir si somos hermosos o feos por dentro? ¿Quién sino nosotros mismos podemos decir si somos incorruptible? No somos serios en estas cosas.La Verdad, siendo ilimitada, incondicionada, inaccesible por cualquier sendero en absoluto, no puede organizarse; ni se debe formar una organización para conducir o para forzar a la gente a lo largo de cualquier camino determinado. Si ustedes entienden primero esto, entonces verán cómo es imposible ordenar una creencia. Una creencia es puramente una cuestión individual, y usted no puede y no debe organizarla. Si usted lo hace, se transforma en muerta, cristalizada; se convierte en un credo, una secta, una religión, para ser impuesta a otras. Esto es lo que todos a lo largo del mundo estamos intentando hacer. La verdad se limita y se hace un juguete para aquellos que son débiles, para aquellos que sólo están disgustados momentáneamente. La verdad no se puede limitar, más bien el individuo debe hacer el esfuerzo de ascender a ella. Usted no puede traer la cima de la montaña al valle. Si usted quiere alcanzar la cima de la montaña, debe pasar a través del valle, subir por sus laderas, sin miedo a los precipicios peligrosos. Usted debe subir hacia la verdad, no puede "ser traída abajo" o ser ordenada para usted. El interés en ideas es sostenido principalmente por organizaciones, pero las organizaciones despiertan solamente interés desde afuera. El interés, que no nació por amor a la Verdad en sí misma, sino que fue despertado por una organización, no tiene ningún valor. La organización se convierte en un armazón en el cual sus miembros pueden encajar convenientemente. Ellos ya no se esfuerzan por alcanzar la Verdad o la cima de la montaña, sino que tallan para ellos mismos un nicho conveniente donde guardarse, o permiten que la organización los guarde, y consideran que la organización los llevará por eso a la Verdad.Pero aquellos que realmente desean entender, que se liberen de toda autoridad, que estén buscando encontrar aquello que es eterno, sin comienzo y sin un final, caminarán con una intensidad mayor, serán un peligro para todo lo que es no esencial, para lo irreal, para las sombras. Y ellos se concentrarán, ellos se volverán la llama, porque ellos entienden. Tal es el cuerpo que debemos crear.Y esto no debido a la autoridad, no debido a la salvación, no debido a la inmolación para una causa, sino porque usted entiende, y por lo tanto es capaz de vivir en lo eterno. Ésta es una cosa mayor que todo el placer, que todo el sacrificio.
jueves, 21 de agosto de 2008
La autoridad

jueves, 14 de agosto de 2008
Meditación fugaz



lunes, 11 de agosto de 2008
Discriminación

jueves, 7 de agosto de 2008
Seguridad

Entonces puedo mirar el deseo de seguridad sin convertirlo en un problema. Para descubrir lo verdadero sobre la seguridad, tenemos que estar en comunión con el profundo y arraigado deseo de estar seguros, que se está repitiendo constantemente en diversas formas: buscamos la seguridad, no sólo en la familia, sino también en recuerdos y en el dominio o la influencia de otro. Volvemos al recuerdo de alguna experiencia o relación que nos ha complacido, que nos dio esperanza, seguridad, y en ese recuerdo nos refugimos. Existe la seguridad de la habilidad, del conocimiento; existe la del nombre y la posición, y existe la de la capacidad: podemos pintar o tocar el violín o hacer cualquier otra cosa que nos dé una sensación de seguridad.Sin embargo, una vez que estamos en comunión con el deseo que nos impulsa a buscar seguridad, y percibimos que es este deseo el que crea contradicción, porque nada en la Tierra está nunca seguro, incluso nosotros mismos; cuando hemos descubierto eso y no nos hemos limitado a que nos hablen de ello, y hemos resuelto el problema por completo, entonces hemos salido de todo este campo de contradicción y estamos, pues, libres de temor.No fue mi caso en ese instante del pasado en que me senti desprotegido, inseguro, solo y con temor.
miércoles, 6 de agosto de 2008
Miedo

lunes, 4 de agosto de 2008
Libertad

viernes, 1 de agosto de 2008
Pensamientos

jueves, 31 de julio de 2008
El Niño

Siento el hábitat que me rodea mimetizándome involuntariamente con ella; atrás queda la plenitud del vacío existencial, vacío de creaciones voluntarias. Donde el Ego esta ausente y solo existe la VIDA. Vida que puja entre los sutiles hilos de una matriz de formas de pensamientos, en la cual la humanidad se encuentra desorientada. Siento, mientras rozo individualidades a mi paso, como las personas caminan por senderos creados por ellos mismos o por sus ancestros; erigiendo ideales que motivan sus pasos, logrando al final, el concepto sublimizado de sus creencias. Siendo el resultado de sus búsquedas, siempre lo conocido, lo prometido.
Entre ligustrinos surge un gorjeo, una risa feliz. Siento un latido de vida, en un niño, que contempla con ojos expectantes la fauna vernácula que no conoce y comienza a descubrir; en el vuelo raudo de una pequeña mariposa multicolor. Crisálida traslúcida, que danza de pétalos en pétalos, húmedos de rocío. Buceo en el interior de este niño, y lo que siento me transporta al aljibe primigenio, ¿alegría?¿sorpresa?¿placer? no, vacío traducido en su interior en silencio, quietud, armonía. Él me siente y su corazón se acelera. Siento como todavía su mente no esta programada por sus mayores; es una mente virgen, pura. Todavía siente el fluir de la vida en su interior, todavía responde a lo esencial. Todavía Dios mece los pliegues de su alma aún libre.
Lo veo proyectado en el espacio-tiempo de su vida terrena y veo venir a sus mayores con sus bagajes de conocimientos, la inculcación de hábitos que se convertirán en la razón de su vida ante la forjada creación de un ego.
Veo al mismo niño, ya no contemplando a las mariposas de la misma manera, sintiéndola, sino, como a un objeto con un nombre científico, con una cualidad inculcada, con un color determinado; veo como empieza a actuar en él el programa impuesto. Empieza a recorrer un sendero establecido, creado por alguien. Teniendo un objetivo de vida, no en la vida, también impuesto. Alcanzando siempre lo que ya conoce o espera, lo veo girando en un circulo confuso.
No veo en su vida algo, un reconocimiento nuevo, vital, divino. Solo queda una inocencia mancillada por virtudes conceptuales de creencias artificiales.
¿Fue‚ alguna vez un niño?
En este fugaz instante de su vida, siento a ese niño que corre detrás de esa mariposa, como a una irradiante oración de libertad ante lo fatal.
Una pena inunda mi estado de soledad y de quietud. El niño siente esa congoja, mientras la mariposa es un cristal traslúcido tras su cascada de lágrimas en el horizonte, mientras, desde lo profundo de mi ser siento el llamado de la vida. Acudo raudamente, mientras la armonía vuelve a mi espíritu en el corazón del único creador y me uno a su infinitud.
Virtud - Desvirtud

miércoles, 30 de julio de 2008
Dios

Esta expresión tuvo muchos detractores a través de la historia. Por otro lado el Budismo nos dice que “la palabra no es la cosa”. Cuando uno pone un nombre, un rotulo, a una persona, a un sentimiento es para identificar o describir. Y al darle un nombre creemos que la hemos comprendido. Decimos "eso es una rosa", la miramos rápidamente y continuamos nuestro camino. Al darle un nombre creemos haberla comprendido; la hemos clasificado y creemos que por eso hemos comprendido el contenido total y la belleza de esa flor; no la miramos más de cerca. Pero si no le damos un nombre, nos vemos obligados a mirarla. Es decir, nos acercamos a la flor, o a lo que fuere, en actitud nueva, con una nueva cualidad de examen; la miramos como si nunca la hubiésemos visto antes. El poner nombre es un medio muy cómodo de deshacerse de las cosas y de la gente. Pero si no le ponéis un rótulo, y, por lo tanto, tenéis que mirar la cosa individualmente ‑ya sea un hombre o una flor, un incidente o una emoción-, entonces os veis forzados a considerar vuestra relación con la cosa y la acción que de ahí resulte. De suerte que nombrar o poner un rótulo es un modo muy cómodo de deshacerse de tal o cual cosa, de negarla, condenarla o justificarla. Todos sentimos que hay un centro, un núcleo, desde el cual actuamos, juzgamos y denominamos, ¿no es así? ¿Qué es ese centro, ese núcleo? A algunos les agradaría pensar que es una esencia espiritual, Dios o lo que os plazca. Por lo tanto, descubramos qué es ese núcleo, ese centro que nombra, define, juzga. Ese centro, por cierto, es la memoria, ¿no es así? Una serie de sensaciones identificadas y conservadas; el pasado, vivificado a través del presente. Ese núcleo, ese centro, se alimenta del presente al nombrar, al clasificar, al recordar. Mientras exista ese núcleo, ese centro, no puede haber comprensión. Sólo con la disipación de ese núcleo surge la comprensión. Porque, al fin y al cabo, ese núcleo es memoria, recuerdo de diversas experiencias a las que se ha dado nombres, rótulos, identificaciones. Con esas experiencias nombradas y rotuladas, desde ese centro, se acepta y se rechaza, se toma la determinación de ser o de no ser, conforme a las sensaciones, placeres y penas del recuerdo de la experiencia. Ese centro es, pues, la palabra. Si no le dais nombre a ese centro, ¿hay acaso un centro? Esto es, si no pensáis con palabras, si no empleáis palabras, ¿podéis pensar? El pensar surge mediante la verbalización; o bien la verbalización empieza a responder al pensar. De suerte que el centro, el núcleo, es el recuerdo de innumerables experiencias de placer y dolor, expresado por medio de palabras. Observadlo en vosotros mismos, por favor, y veréis que las palabras, los nombres, se han vuelto mucho más importantes que la substancia; y vivimos de palabras. Las palabras tales como verdad, Dios, o los sentimientos que esas palabras representan, han adquirido para nosotros gran importancia. Somos la palabra que representa el sentimiento. Pero no sabemos qué es ese sentimiento, porque lo que se ha vuelto importante es la palabra. Si el nombre no hace al caso, si lo que importa es aquello que está detrás del nombre, entonces podéis inquirir; pero si estáis identificados con el nombre y confundidos con él, no podéis proseguir. Y nosotros estamos identificados con el nombre: la casa; la forma, el nombre, el mobiliario, la cuenta bancaria, nuestras opiniones, nuestros estimulantes, y así sucesivamente. Somos todas esas cosas; y esas cosas están representadas por un nombre. Las cosas han llegado a ser importantes, los nombres, los rótulos; y, por lo tanto, el centro, el núcleo, es la palabra. Cuando la mente está de veras tranquila, entonces es posible que se manifieste aquello que es inconmensurable. Cualquier otro proceso, cualquiera otra búsqueda de la realidad, es mera autoproyección, cosa de nuestra propia hechura, y, por tanto, ilusoria. Pero este proceso es arduo, y él significa que la mente tiene en todo instante que darse cuenta de todo lo que internamente le ocurre. Para llegar a ese punto, no puede haber condenación ni justificación desde el principio hasta el fin, sin que esto sea un fin. No existe un fin, porque hay algo extraordinario que aún continúa. Esto no es una promesa. A vosotros os toca experimentar, penetrar de más en más profundamente en vosotros mismos, de suerte que todas la innumerables capas del centro sean disueltas; y eso lo podéis hacer rápida o perezosamente. Pero es en extremo interesante observar el proceso de la mente, cómo depende de las palabras, cómo las palabras estimulan la memoria, resucitan la experiencia muerta y le infunden vida. Y en ese proceso la mente vive en el futuro o en el pasado. Por tanto, las palabras tienen un enorme significado, tanto neurológico como psicológico. Podéis observaros en la acción, observaros al pensar, ver cómo pensáis, cuán rápidamente le dais nombre al sentimiento a medida que surge; y la observación de todo este proceso librará a la mente de su centro. Entonces la mente, estando quieta, puede recibir aquello que es eterno. Entonces aquel rotulo que hemos denominado Dios habrá muerto y habremos inquirido en lo esencial que hay detrás de la palabra. No habrá un núcleo que rotule y seremos libres. Entonces podremos hacer no lo que queramos sino lo que “DEBE SER”, no habrá responsabilidad como condicionamiento heredado o impuesto. No habrá virtud (el rotulo del núcleo) sino Amor.
Imaginación
lunes, 28 de julio de 2008
Un instante fugaz...
Levante los

Mientras intento expresar lo que sentí en ese momento fugaz, una melodía suave me acompaña, el tema de Lord of the Ring-the Council of Elrond- que es el tema que mis vivencias pedían para rememorarte. Un reflejo, de ese eterno femenino que irradia tu esencia, la suavidad y la dulzura.
Camino a casa, cuando perduraba el estado espiritual que tu dejaste en mi, la noche cómplice instigaba a céfiro a mecer las hojas de los árboles que se me antojaban largos cabellos que se mecían al son de tu nombre, repetido en cada presencia arbórea y fortuita.
Me atreví a escribirte estas líneas para compartir un estado, un dejo de ternura que vivifico mi alma y me elevo hacia las esferas mas sublimes de lo espiritual. Aun al recordarte y al revivir esa estado tan sutil siento a Dios meciéndose a través de tu alba esencialidad...por todo ello gracias...porque por un fugaz espacio tiempo mi esencia encontró la gracia a través de tu prístina y pura presencia.
...un desconocido que se acerco a tu alma una tarde...