lunes, 23 de marzo de 2009

El sentido de la vida

En la posición del loto, observo el zizagueante brazo del riachuelo,deslizandose suavemente entre carnosos tallos de lirios blancos. El silencio, en la amplia alfombra verde, susurraba entre los brezos que ofrendaban sus pétalos indigos a la corriente acuática. Deslizo mis dedos alrededor del talle de un lirio que bostezaba su amplio contenido en mi dirección. Era una planta robusta, de hojas grandes, lustrosas, de color verde oscuro sostenida por un tallo carnoso.La flor tiene forma de tulipa acampanada blanca. En su centro se encuentra una espiga erecta de color amarillo, con un suave y agradable perfume. Me pregunto cual es el sentido y el objeto de la existencia de esta planta. Es como preguntarme sobre el sentido y objeto de la vida.Llegué a la conclusión de que el vivir tiene su propio sentido y objeto.Contemplo como unas hormigas rojas hacen temblar con su ritmico paso la copa de lirio vacia, generandole una monótona desarmonía y pienso que a nosotros nos pasa lo mismo, por eso estamos tan descontentos de la vida.Hacemos las mismas cosas una y otra vez y deseamos algo más, algo que este más alla de lo que hacemos.Puesto que nuestra vida diaria es tan hueca, tan insípida, tan sin sentido, tan aburrida, tan intolerablemente estúpida, decimos que la vida debe tener un sentido más amplio.No hay duda de que un hombre cuya vida es muy rica, un hombre que ve las cosas como son y está contento con lo que tiene, no está confuso; él tiene claridad, y por tanto, no pregunta cuál es el objeto de la vida. Para él, el hecho mismo de vivir es el comienzo y el fin.Nuestra dificultad, pués, es que siendo vacía nuestra vida como la alba copa de esta flor, deseamos hallarle un objeto y luchar por él. Tal objeto de la vida puede ser tan sólo idea, sin realidad alguna; y cuando el objeto de la vida es buscado por una mente estúpida, torpe, por un corazón vacío, ese objeto será también vacío.Nuestro problema es como hacer nuestra vida interiormente rica. Cuando decímos que el objeto de la vida es ser feliz, es encontrar a Dios, ese deseo de encontrar a Dios es por cierto una evasión de la vida, y nuestro Dios es simplemente una cosa conocida. Sólo podemos abrirnos camino hacia un objeto que conocemos; y si construímos una escalera hacia eso que llamamos Dios, eso por cierto no es Dios. La realidad sólo puede comprenderse en el vivir, no en la evasión.
Cuando le buscamos un objeto a la vida, en realidad nos escapamos y no comprendemos qué es la vida. La vida es relación, acción en la relación; y cuando no comprendo mis relaciones, o cuando la relación es confusa, busco un sentido más completo.
¿Por qué es tan vacía nuestra vida? ¿Por qué somos tan solitarios, tan frustrados? Porque jamás hemos mirado dentro de nosotros mismos y no nos hemos comprendido a nosotros mismos. Nunca admitimos que esta vida es todo lo que conocemos, y que por lo tanto debiera ser comprendida plena y completamente.
Preferimos huir de nosotros mismos, y es por eso que buscamos el objeto de la vida lejos de la vida de relación. Mas si empezamos a comprender la acción, -que es nuestra relación con la gente, con la propiedad, con las creencias e ideas-, entonces hallaremos que la relación trae por sí su propia recompensa.Es como buscar el amor. ¿Podéis encontrar el amor buscándolo? El amor no puede ser cultivado. Sólo encontraréis el amor en la vida de relación, no fuera de ella; y es porque no tenemos amor que deseamos que la vida tenga un objeto. Cuando hay amor -que es su propia eternidad-, entonces no hay busqueda de Dios, porque el amor es Dios.
Es porque nuestra mente está llena de tecnicismos y supersticiosas musitaciones, que nuestra vida es tan vacía; y es por eso que buscamos un objeto más allá de nosotros mismos. Para encontrar el objeto de la vida, debemos pasar por la puerta de nosotros mismos; pero consciente o inconscientemente evitamos enfrentar las cosas como son en sí mismas, y de ese modo deseamos que Dios nos abra una puerta que esta más allá.
Esta pregunta sobre el objeto de la vida, la formula tan sólo aquel que no ama; y el amor sólo puede hallarse en la acción, que es relación. Contemplo la copa acampanada del lirio, cuya profundidad intenta atraparme, pero la risa alegre de un grupo de personas que se acercan rompe el hechizo y me hace incorporarme e ir a su encuentro.