sábado, 7 de febrero de 2009

El dolor

Una amiga vino a mí una mañana compungida,abatida por el dolor. Tenía en la profundidad de su mirada la tristeza y la desorientación de cuando nos pasa algo inesperado, algo que no esperábamos que sucediera y que al ocurrir nos desestabiliza emocionalmente. Afuera, el cierzo mecia las hojas del viejo árbol, añoso:
¿Quieres hablar de esto que te sucede, llegar a su misma raíz o quieres solo una explicación que te reconforte, que te haga olvidar el dolor? Mi amiga contestó: un amigo, un hombre que era casi un padre para mi murió y siento el dolor de su pérdida.
¿Te has puesto a pensar alguna vez porque existe en todos los hogares, en todos los seres humanos el dolor a la muerte?¿El porqué sufres, realmente?¿Es por el amigo muerto o por ti misma? Si sufres por él, ¿ese sufrimiento puede ayudarle?El se fue y ese es un hecho que debes aceptar, no se puede hacer nada. Pero si sufres por ti misma, porque te sientes sola, por tu vida vacia, por que ya no disfrutarás de su compañía, lloras por tu propia vacuidad y la lástima que sientes de ti misma. Quizas por primera vez te des cuenta de tu propia pobreza interior. Quizas pusiste toda tu expectativa en esa persona que se fué, toda tu esperanza y esa sensación te daba seguridad. Todo lo que sientes ahora-la sensación de pérdida, la agonía de la soledad y de la ansiedad- es una forma de lástima de ti misma. ¿No es así? Observalo, por favor, no te resistas bloqueando tu corazón y diciendo: "amaba a esa persona y en ningún momento pensé en mi misma; quería tenerlo para siempre". Ahora que él se ha ido, ¿no es cierto que este hecho te hace dar cuenta de tu verdadera condición?. La muerte de esa persona que era como un padre para tí te ha sacudido y te ha mostrado el verdadero estado de tu corazón y de tu mente. Puedas que no quieras afrontarlo, que lo rechaces por miedo, pero si observas un poco más, verás que sufres por tu propia soledad, por tu propia pobreza interior, es decir por la lástima que sientes por ti misma.-Eres cruel. Vine buscando verdadero consuelo y, ¿que es lo que me estás dando?-Sonreí mientras el añoso arbol mecia sus hojas suavemente.Una de las fantasias de la mayoria de la gente es que existe tal cosa como el consuelo interior, que alguien puede darnos ese consuelo o que uno puede encontrarlo. Siento decirte que tal cosa no existe. Si lo que buscas es consuelo vivirás presa de la ilusión y cuando esa ilusión desaparezca te sentirás triste porque dejará de tener el consuelo. Para comprender el dolor o para superarlo, tienes que ver realmente lo que esta sucediendo en tu interior, no ocultarlo. Esto no es crueldad, no es algo deshonroso de lo cual debas avergonzarte. Cuando lo veas con total claridad, te desharàs de el inmediatamente, sin un razguño, sin manchas, renovada, intacta de cualquier acontecimiento de la vida. La muerte es inevitable para todos nosotros; nadie puede escapar de ella. Tratamos de buscar cualquier tipo de explicación, de encontrar apoyo en toda clase de creencias con la esperanza de trascender la muerte, pero hagamos lo que hagamos, la muerte es una realidad que está siempre a la vuelta de la esquina; puede que aparezca mañana o al cabo de muchos años, pero siempre esta ahí, presente. Uno tiene que aceptar este hecho inmenso de la vida.No hay nada permanente en la tierra ni en nosotros. El pensamiento puede dar continuidad a cualquier cosa en la que piense; puede darle continuidad a una palabra, a una idea, a una tradición, puede creerse a sí mismo permanente, pero ¿lo es? El pensamiento es la respuesta de la memoria y, ¿es permanente la memoria? Puede construir una imagen y darle a esa imagen continuidad, permanencia, llamándola Dios o lo que sea; puede recordar el rostro del amigo o del maestro y aferrarte a él; sin embargo, todo esto es la actividad del pensamiento; es el pensamiento quien crea el miedo y, de ese miedo, nace la urgencia de tener lo permanente, miedo de no tener mañana el sustento o el abrigo necesario, el miedo a la muerte. Este miedo es producto del pensamiento y Dios también lo es.
«No me interesa nada de esto —dijo ella—, soy terriblemente infeliz; he perdido a mi amigo, mi guía, y me quedan solo mis nietos, ¿qué he de hacer?».
Si de verdad te importan tus nietos, no puedes vivir interesada en tí misma y afligida por tu desgracia; tienes que velar por ellos, educarlos debidamente, y no contentarte con ofrecerles la mediocridad acostumbrada. Pero si sigues obsesionada por la lástima que te tienes a tí misma, a lo cual lo llamas “amor a mi amigo, casi un padre”, y vives encerrada en tu dolor, entonces estas destruyendo también a tus nietos. Consciente o inconscientemente, todos somos unos perfectos egoístas y, mientras obtengamos lo que queremos, creemos que todo está bien. Pero en el momento que un acontecimiento destruye lo que hemos construido, gritamos desesperados esperando encontrar un nuevo consuelo que, por supuesto, de nuevo volverá a ser destruido. De manera que este es el proceso que continuará funcionando y si quieres seguir atrapada en esta secuencia repetitiva, sabiendo perfectamente cuáles son sus consecuencias, entonces, ¡adelante! Pero si ves lo absurdo que es todo eso, entonces de forma natural dejarás de llorar, dejarás de aislarte, y vivirás junto a tus nietos con una nueva luz y con una sonrisa en el rostro.

Me miró confundida, se levantó y se fué, mientras un pájaro en el añoso árbol lo hería repetidas veces.